Radio H

Carlos Vives, a puro ritmo y energía colombiana

Publicado el dia 20/03/2017 a las 19h35min
“Regresar a mi pueblo por el camino viejo, y recoger mis pasos y empezar de nuevo”.

Llora el acordeón y Carlos Vives hace vibrar su voz de vallenato-pop ante miles de caderas agitadas, el sábado, en el Teatro Gran Rex. A la mitad del show, este grito colectivo trae nostalgias de amores y tierras en La foto de los dos: las pantallas HD muestran a Santa Marta -su cuna en el Caribe colombiano- y él goza con las luces de celulares sobre su cuerpo inquieto de 55 años: “¡No saben todo lo que nos ha dado la Argentina!”.

 

Al inicio, su agradecimiento había sido el hit millonario concebido con Shakira en 2016: La bicicleta. Y hasta las niñas recordaron imágenes de Colombia gracias al videoclip, a tope en las plataformas on-line. En esta Fiesta de Todos Tour, redoblada ayer y hoy en el Rex, Vives ofrecerá otra muestra de comunión étnica para los charts mundiales: La tierra del olvido. “Un himno de los colombianos para todos ustedes”, dice, y hasta los brasileños en la sala la cantan: “¡Porque sin tu amor, yo me muero!”.

 

Del vallenato a la cumbia con gaitas (flautas) colombianas, de la potencia de rock a los toques de reggaetón insertados en sus melodías de alta demanda, todos los cuerpos sonoros de Colombia se encienden en el canto seductor de Vives. Los sostienen sus 11 músicos: los golpes y contragolpes de la tambora del vallenato, la guacharaca en sus síncopas raspadas, las congas marcando el pulso a tierra al compás de los teclados, las guitarras, y el bajo de seis cuerdas del director musical Luis Angel Pastor Churio. Esta banda calienta el aire del Rex para que el ídolo no deje de saltar y bailar.

 

De rulos transpirados en un negro intenso, como su remera con brillos y su pantalón ajustado, Vives hace llorar y reír a todas (y a todos, cuando arroja pelotas de fútbol al público). En su faceta de indagador sabroso de las raíces a la luz del rock-pop latino recorrerá Pa’ Mayté, Cañahuatera, El Pollo Vallenato, La Gota Fría, Ella es mi fiesta y Fruta fresca, entre otras. ¿Habrá descanso aquí? Tras El mar de sus ojos (para los perreos), las pantallas muestran el video hecho en Nueva York de Al filo de tu amor: otro éxito en su mezcla de reggaetón, vallenato, pop y algo de rock.

 

Más perdurables, las obras con vena folclórica también pueden acercar generaciones al misterio musical colombiano. De Concordia, Olivia Dilda, de 9 años, se abre paso entre los aullidos con un muñeco de trapo con los rulos de Vives, que al borde del escenario tira besos al aire y sonríe a los celulares.

Llora el acordeón y Carlos Vives hace vibrar su voz de vallenato-pop ante miles de caderas agitadas, el sábado, en el Teatro Gran Rex. A la mitad del show, este grito colectivo trae nostalgias de amores y tierras en La foto de los dos: las pantallas HD muestran a Santa Marta -su cuna en el Caribe colombiano- y él goza con las luces de celulares sobre su cuerpo inquieto de 55 años: “¡No saben todo lo que nos ha dado la Argentina!”.

 

Al inicio, su agradecimiento había sido el hit millonario concebido con Shakira en 2016: La bicicleta. Y hasta las niñas recordaron imágenes de Colombia gracias al videoclip, a tope en las plataformas on-line. En esta Fiesta de Todos Tour, redoblada ayer y hoy en el Rex, Vives ofrecerá otra muestra de comunión étnica para los charts mundiales: La tierra del olvido. “Un himno de los colombianos para todos ustedes”, dice, y hasta los brasileños en la sala la cantan: “¡Porque sin tu amor, yo me muero!”.

 

Del vallenato a la cumbia con gaitas (flautas) colombianas, de la potencia de rock a los toques de reggaetón insertados en sus melodías de alta demanda, todos los cuerpos sonoros de Colombia se encienden en el canto seductor de Vives. Los sostienen sus 11 músicos: los golpes y contragolpes de la tambora del vallenato, la guacharaca en sus síncopas raspadas, las congas marcando el pulso a tierra al compás de los teclados, las guitarras, y el bajo de seis cuerdas del director musical Luis Angel Pastor Churio. Esta banda calienta el aire del Rex para que el ídolo no deje de saltar y bailar.

 

De rulos transpirados en un negro intenso, como su remera con brillos y su pantalón ajustado, Vives hace llorar y reír a todas (y a todos, cuando arroja pelotas de fútbol al público). En su faceta de indagador sabroso de las raíces a la luz del rock-pop latino recorrerá Pa’ Mayté, Cañahuatera, El Pollo Vallenato, La Gota Fría, Ella es mi fiesta y Fruta fresca, entre otras. ¿Habrá descanso aquí? Tras El mar de sus ojos (para los perreos), las pantallas muestran el video hecho en Nueva York de Al filo de tu amor: otro éxito en su mezcla de reggaetón, vallenato, pop y algo de rock.

 

Más perdurables, las obras con vena folclórica también pueden acercar generaciones al misterio musical colombiano. De Concordia, Olivia Dilda, de 9 años, se abre paso entre los aullidos con un muñeco de trapo con los rulos de Vives, que al borde del escenario tira besos al aire y sonríe a los celulares. Al ver a la niña se conmueve, pero por pudor no le acepta el regalo. A Doris David, quien le trajo artesanías de Salta, la hará subir para que salude a su esposa.

 

Otro Carlos tendrá su tiempo en el Rex. “Cuando arranqué yo quería ser como Charly (García)”, recuerda, y la ofrenda “con nuestro toque colombiano” será una versión de Superhéroes que explora una veta de García aún no del todo indagada: su vibración en ritmos caribeños. Un respiro. Los vaivenes de caderas y el volumen a tope regresarán para el bis amoroso Carito y, al filo del adiós, se repetirá el módico ritual de cada show: Vives se sube a una bicicleta con un micrófono y da vueltas por el escenario al volverla a cantar. Y para que nadie, sonriendo hasta el final, logre olvidarla jamás. 

Al ver a la niña se conmueve, pero por pudor no le acepta el regalo. A Doris David, quien le trajo artesanías de Salta, la hará subir para que salude a su esposa.

 

Otro Carlos tendrá su tiempo en el Rex. “Cuando arranqué yo quería ser como Charly (García)”, recuerda, y la ofrenda “con nuestro toque colombiano” será una versión de Superhéroes que explora una veta de García aún no del todo indagada: su vibración en ritmos caribeños. Un respiro. Los vaivenes de caderas y el volumen a tope regresarán para el bis amoroso Carito y, al filo del adiós, se repetirá el módico ritual de cada show: Vives se sube a una bicicleta con un micrófono y da vueltas por el escenario al volverla a cantar. Y para que nadie, sonriendo hasta el final, logre olvidarla jamás.

Fuente: Radio H